La traducción de software o informática puede definirse como la interpretación en términos de computación, programas informáticos, páginas web y reseñas virtuales. Así, necesitar traducciones informáticas es algo natural, ya que se trata de un lenguaje técnico y desconocido para la mayoría de las personas.

El proceso de traducción de software

De hecho, en el ámbito de la informática se generan documentos que reclaman una traducción expresa, ya sean mensajes en la pantalla o manuales técnicos. Por ello, resulta conveniente ponerse en manos de profesionales capaces de interpretar los textos en función de las características de cada contexto.

Es importante garantizar la coherencia entre los términos con el objetivo de proporcionar al usuario soluciones precisas con una experiencia adecuada en la plataforma, software, juego o aplicación. El objetivo de los profesionales de la traducción en este campo es que los usuarios comprendan perfectamente lo que ven en la pantalla y puedan interaccionar con ello.

Pongamos un ejemplo: ¿qué pasaría si la traducción no fuera adecuada? Podría ocurrir que el lanzamiento de una web o de una aplicación estuviera en riesgo, lo que dañaría seriamente la imagen de la empresa que hubiera apostado por dicho producto. Recordemos que, para asentarnos en el mercado en línea, debemos ser certeros con los contenidos y con la experiencia del usuario.

Podríamos equipararlo a una adaptación para que el software o la aplicación salgan al mercado, porque si existe un problema de comprensión general, lo más probable es que dicho programa o aplicación queden en el olvido.

Aspectos culturales y funcionales

A la hora de traducir estos contenidos, debemos atender a dos aspectos fundamentales: los factores culturales y los funcionales. Desde el punto de vista cultural, cabe prestar atención a la adaptación al contexto de cada región. Para ello, debemos tener en cuenta desde el uso de los colores hasta los símbolos, las fechas o las tradiciones. Otros aspectos importantes son la dirección de las letras, el tamaño de las pestañas, los menús o los cuadros de diálogo.

Desde el punto de vista funcional, destacamos aspectos útiles como los soportes visuales, las capturas de pantalla o los conocimientos de las dimensiones máximas en los campos de texto. Igualmente, debemos resaltar la terminología, más o menos especializada, en función de los usuarios a los que vayan dirigidos los mensajes, ya sean personas con un nivel medio de conocimientos o expertos en el tema.

Esto llevará a que la traducción especializada se ajuste con más acierto y precisión al público específico al que nos dirigimos y a que, por tanto, las posibilidades de éxito sean mayores. Este proceso de traducción de software es clave a la hora de trasladar los conocimientos técnicos a los usuarios finales. Para más información, recomendamos contactar con los servicios especializados en traducción de AADIMATIQ.