Todos estamos de acuerdo en que el mundo está cada vez más conectado y que la internacionalización es inevitable. Como ya comentamos en el post La expansión del comercio electrónico en la era digital, una buena traducción es fundamental en cada vez más niveles de nuestras vidas, ya no sólo un negocio (para llegar a un mayor número de clientes), sino también en actividades más cotidianas o personales como certificados digitales, documentación para solicitar puestos de trabajo o estudios, etc.

Resulta importante asegurarse de obtener una traducción fiable y adecuada, ya que de lo contrario podrían llegar a darse situaciones comprometidas. Podemos encontrar diversos errores de traducción que han marcado un antes y un después en la historia:

– Krushnev en la Guerra Fría: En 1956, en plena competición armamentística entre las dos grandes potencias mundiales, el líder soviético Nikita Khrushchev pronunció un conocido discurso en Moscú, ante diversos diplomáticos occidentales. La tensa frase que tradujeron los intérpretes fue: “Os guste o no, la historia está de nuestro lado. Viviremos para ver como os entierran”. Esta amenazante frase fue rápidamente corregida por los soviéticos, aclarando que se trataba de una referencia al «Manifiesto Comunista» de Marx, que cita (no de manera literal) “aunque no lo quieran, la historia está de nuestro lado. Los venceremos”. Se trataba entonces de una cita sobre su ideología, y no de una amenaza que podría haber supuesto el inicio de la Tercera Guerra Mundial.

– El amor de Jimmy Carter por Polonia: En 1977 el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, viajó a Polonia, que en aquellos años se encontraba en la órbita comunista. Para dar su discurso y ganarse al pueblo, al presidente se le asignó un intérprete ruso con conocimientos de polaco (o eso parecía). Tan sólo comenzar el discurso para ganarse al pueblo de Polonia, Carter señaló «esta mañana he salido de Estados Unidos», pero el intérprete tradujo «he dejado Estados Unidos para no volver jamás». La cosa no terminó ahí, sino que fue empeorando cuando Carter quiso transmitir el amigable mensaje «he venido para conocer vuestras opiniones y entender vuestros deseos de futuro», pero en su lugar el intérprete dio a entender al pueblo polaco que el presidente americano les deseaba sexualmente. Es más, el discurso siguió subiendo de tono cuando lo contento que se encontraba el presidente de encontrarse en Polonia se tradujo en su felicidad por «ver las partes privadas de Polonia”. Por suerte este discurso no tuvo más consecuencias que una situación embarazosa.

– La bomba atómica: Este fatídico acontecimiento podría ser consecuencia de una sola palabra traducida erróneamente. El 26 de julio de 1945 los Aliados impusieron un ultimátum a Japón con la declaración de Postdam, que exigía su total rendición o bien su «pronta y total destrucción».

El primer ministro, Kantaro Suzuki, convocó una rueda de prensa para declarar «Sin comentarios. Seguimos pensándolo». Desgraciadamente, usó la palabra mokusatsu, que también puede significar «lo ignoramos y lo despreciamos». 10 días después, dos bombas atómicas americanas caían sobre Hiroshima y Nagasaki.

– Los canales de Marte: En 1877, el astrónomo Giovanni Schiaparelli describió la superficie de marte afirmando que el planeta rojo contaba con «canali». Posteriormente, en 1908, el astrónomo Percival Lowell revisó el trabajo de Schiaparelli, y concluyó que los marcianos habían construido de forma artificial canales para abastecer de agua las zonas más desérticas del planeta. Lo que no sabía es que la palabra «canali» empleada por Schiaparelli no se refería a construcciones artificiales, sino a estructuras naturales como los canales, gargantas o cañones.

Estos son sólo algunos ejemplos históricos de la importancia de una traducción precisa y correcta, ya que en ocasiones una sola palabra puede acarrear importantes consecuencias.

En el contexto actual podemos destacar la importancia de una buena traducción en elementos como el reciente reglamento de protección de datos (RGPD), que entró en vigor el pasado 25 de mayo de 2018. Ésta ley concede un conocimiento y control a todos los ciudadanos europeos sobre sus datos personales en webs, redes sociales, smartphones, etc. Las empresas necesitan un consentimiento explícito para poder usar los datos de sus usuarios, y deben informar de forma clara y transparente sobre cómo utilizan estos datos, su tratamiento, objetivo y por quién se usan, a riesgo de pagar grandes multas si no es así. Dada la creciente importancia (e incluso obligación) de la trasparencia y la claridad en las relaciones empresa-ciudadano, es crucial contar con una traducción precisa y asegurarse la fidelidad de la información proporcionada. Esta traducción científico técnica realizada de manera no adecuada nos puede llevar a correr un gran riesgo y situaciones indeseables.

Contar con una agencia de traducción pionera con larga experiencia asegura un buen lenguaje y comunicación con los usuarios, y modifica una situación incómoda por la garantía de un servicio de traducción  profesional y adecuado.

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