Desde los inicios de la traducción, que se remontan hasta 2000 años atrás, esta ha servido para objetivos muy diversos, y de ellos nacen las distintas tipologías que encontramos hoy en día: la publicidad, divulgación, científica, económica o jurídica, entre muchísimas otras. La traducción elimina las fronteras de la comunicación y permite aumentar el alcance de nuestro mensaje, sea del tipo que sea. 

La gran mayoría de los pedidos gestionados en una empresa de traducción suelen ser de otras empresas a las que ayudamos a expandirse y a llegar a un público global. Aunque pueda resultar una de las finalidades más evidentes por las cuales traducir, hay muchos motivos adicionales por los que la traducción resulta una ciencia eficaz y, en ocasiones, crucial para el bienestar de las personas. 

Las Naciones Unidas han declarado 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el fin de colaborar en su preservación, cuidado y protección. Como cualquier otro idioma, estas lenguas suponen mucho más que una herramienta de comunicación. Suponen un aspecto clave de la identidad, cultura, historia y vida de las personas y sociedades. Cuando las lenguas se debilitan, se corre el riesgo de perder una riqueza e historia imposibles de sustituir o recuperar. Además, este debilitamiento puede suponer el aislamiento total de las personas que sí las utilizan, como recientemente ha sucedido en México, donde el 60 % de sus lenguas indígenas están en peligro de desaparición.

Desde el mundo de la traducción se puede incentivar el uso de las lenguas indígenas, ya sea traduciendo los textos más relevantes de estas lenguas a otras lenguas mayoritarias, y así llegar a más personas, estimular la curiosidad por aprender una de estas lenguas e incentivar la diversidad cultural y lingüística, o bien, traducir obras magnas de la cultura popular a lenguas y dialectos minoritarios.